Amanecer
Por Esteban Darío Altamirano
La estrella más cercana elevó su primer brazo de luz, como si el astro se desperezara anunciándose. En mi frente el sudor del mar pintó pecas de cristal; un sonido de nostalgia se alzó entre las piedras.
Nos habíamos desvelado toda la noche en silencio, esperando aquel momento.
Miré a mi lado disimuladamente viendo sus ojos de cielo; su parpadeo suave denotaba su cansancio por el desvelo, o su espíritu calmo; respiraba profunda y despaciosamente.
Un sonido de decepción partió de la boca de los presentes…
se había nublado…
No pude evitar una sonrisa discreta porque sentí un sol diferente asomándose en mí, con todos los colores y la calidez del alma.
Un castillo de luces de oro y granada se alzó tallando formas que solo los poetas pueden ver. Sobre la creación se derramó el néctar de las estrellas y las cosas de todos los días lucieron sus colores más hermosos.
Aquel amanecer gris había perdido todo su encanto para ellos, pero para mí… a través de ella… nacía mi más imponente y sublime amanecer…
PD: espero que te haya gustado;
fue un ejercicio que hicimos en el taller literario.
fue un ejercicio que hicimos en el taller literario.
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