sábado, 3 de febrero de 2007

La avispa

Estaba en mi habitación leyendo tranquilamente a Jorge Bucay; las ventanas abiertas de par en par, soplaba un lindo vientito... cuando entró una avispa.
Sentí el zumbido y levanté la vista: la avispa entró y giró en el aire para volver a tomar el camino por donde había venido.
Y se encontró con el vidrio...
Se desesperó... comenzó a aletear cada vez más fuerte, se alejó del vidrio tomando impulso y arremetió contra éste con toda sus fuerzas, varias veces.
Luego solo quedó revoloteando siempre pegada al vidrio, buscando por donde pasar.
Finalmente se quedó caminando rápido de un lado al otro del vidrio, hasta que llegó al borde.
¡Listo! -pensé- ahora va a salir sola.
Pero no lo hizo ¡hay estaba la libertad, a solo un pasito!
Pero no pasó, prefirió volver sobre el camino andado, y recorrerlo varias veces.
Llegó al borde una y otra vez, y siempre lo mismo; parecía tantear el borde y se volvía.
Quedó un momento largo, quieta ¿estaría analizando lo que pasaba?
Y luego volvió a caminar por todo el vidrio hasta el borde... y volver...
Finalmente la tuve que sacar.
¿Entendés?

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