Y es que por momentos siento tanta necesidad de sentarme a escribir, que me pongo nervioso y no puedo hacer otra cosa.
Es difícil que la gente a mi alrededor entienda que en determinados momentos, cuando mi mente se moviliza a la escritura, es puro sufrimiento luchar para no entrar ahí.
Le comenté a mi psicóloga cómo me invaden los pensamientos sobre mis historias: en cualquier lugar, en cualquier momento, una palabra, un gesto, una cosa, algo... dispara una historia... Y en ese momento lo que esté hablando, lo que esté viendo, lo que esté viviendo, pasa a un segundo plano involuntario, y por más que me esfuerce en prestarle atención, no puedo.
Vivo esos momentos como si fuera un sueño, es decir, puedo visualizar la historia, sus personajes, la trama, perdiéndome lo que está ocurriendo en ese momento...
Y quienes viven conmigo se enojan, porque piensan que no les doy bolilla, y si les pido que me lo repitan se enojan más! ¿Cómo explicarles lo que me pasa sin que piensen que me estoy mandando la parte?
Así que mi necesidad de escribir, la forma en que las historias se gritan en mi cabeza, y encima son historias con letras de sangre!!! Me aparta de lo que más amo... de vos mi amor...
Solo espero que mi primer libro me habrá el camino para que estemos más juntos... ¿Podrás entender lo que me pasa si te lo digo?
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