Cuando tenía unos 19 años, mi viejo me contó que un matrimonio amigo de ellos había peleado con su hija adoptiva, porque salió del colegio y se quedó charlando con un chico, y se demoró casi una hora! No les avisó nada, obvio! si le gustaba el chico se le fue el tiempo! y entonces fueron a buscarla.
Cuando llegaron y la vieron con el chico, empezaron a decirles cosas como "¡todo lo que hicimos por vos, te tratamos como a una hija!", y demás, como que le sacaron en cara que la habían adoptado ¿o me dirías que no?
Le dije a mi viejo que estaba muy mal lo que habían echo, y se enojó conmigo! Discutimos un poco y me callé para terminarla, porque no creo que pueda ver las cosas como son.
Y es muuuuy simple: si adoptás, lo tratás como a un hijo/a, y le decís lo mismo que le dirías a una hija, LO MISMO! No tenés que hacer absolutamente ninguna diferencia ni para bien ni para mal, es decir, tampoco lo mal cries dándole todo lo que te pide, como de lástima.
Siempre con cualquier hija que uno tenga, hay que pensar en darle lo que necesite principalmente, más que lo que quiera, porque a veces puede necesitar algo que no quiera, como por ejemplo: límites.
Aquella pareja humilló y rebajó a la chica, y estoy muy seguro que si hubiera sido su hija de sangre le hubieran hablado de otra manera.
Aunque no tenía relación conmigo me dolió que le hubieran hablado así, a pesar de que nunca la vi y nunca la conocí, solo me puse en su lugar, y en ese momento sintió que no tenía familia, volvió a su casa sintiéndose una extraña entre ellos, como si fuera menos... como debiéndoles algo...
Esos adultos no tienen sabiduría para tratarla, para tomar conciencia de donde están parados, y hablaron desde un lugar muy egoísta.
¿Donde está el amor? ¿donde está la sabiduría? ¿no nos estamos olvidando de algo?
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