Mi papá ser fue de viaja 15 días, y durante todo ese tiempo me quedé en mi casa, solo.
Lo primero que hice fue tratar de hacer que la casa fuera lo más "habitable" posible, porque había tantos cachivaches que en algunos lugares no se podía entrar.
Y... muchas de esas porquerías eran mías, je, que fui dejando porque solo venía a la casa cada tanto, y solo por unas horas, así que si algo debía dejar ahí lo largaba por cualquier lado.
Me levanté a las 5 de la mañana y empecé, uf ¿por donde empezar?
Como me voy a estar quedando más en mi habitación, simplemente empecé por ahí, y lo que estaba de más terminó en el garaje ¡fue un montón de cosas!
Pronto me di cuenta que necesitaba tener la parrilla despejada para poner todo ahí, y desde ahí empezar a clasificar que servía y que no, para tirar, o guardar según sea el caso.
Así que empecé, y ¡ni se podía entrar ahí de tantas cosas desparramadas! Pero fue una buena decisión: me facilitó organizar todo lo demás.
Seguí por el lavadero, por el taller, y todo terminaba en el garaje.
El patio estaba lleno de cosas! Parecía interminable!
Imaginate: cosas "guardadas" desde hace más de 15 años, que ni sabía que estaban, ja!
Empecé a guardar cuando me di cuenta de algo, 1º ni sabía que tenía eso guardado, 2º no las necesité durante 15 años, 3º ni me acordaría de ellas después de un tiempo de haberlas tirado.
Así que tomé coraje y a tirar! Llené de 3 a 4 bolsas de basura de las de 1 m de alto, que por suerte el servicio de recolección de residuos las llevó.
Me llevó 11 días terminar todo, y recién ayer a las 21 hs concluí ¡quedé exhausto!
Más que nada me cansó el estar clasificando las cosas, organizándolas para ver donde las guardaba, moviendo para acá, para allá, subiendo y bajando las escaleras mil veces.
Cuando no daba más, paraba, y miraba todo el lío de cosas, medio arrepentido de haber empezado.
Algunos días vino mi mujer y mi hija, y esos días no hice nada; fue lindo tenerlas conmigo acá, ver a Lu jugar con Brisa, y quedó muuuuucho silencio amargante cuando se fueron.
Pero para no pesar que estaba solo, volví al trabajo y le di pata a toda prisa para terminar; y finalmente lo conseguí un día antes del regreso de mi viejo... uf... que sino después no iba a poder seguir con eso.
Ahora, ayer vino mi hermano, y cuando le mostré todo lo que había hecho casi no comentó nada, que decepción!
Y cuando vino mi viejo y miró el taller, adonde ahora se puede entrar, le pregunté:
-¿Y? ¿qué te parece?
-¿Qué me parece qué?
Nooooo! Que chinche! No veía el trabajo hecho!
Mabel (su mujer) entró y vió: -¡Está despejado, que lindo!
Bue... por lo menos alguien vio el trabajo hecho...
Ahora tengo que seguir viendo caja por caja, estante por estante, para ordenar y tirar lo que no sirve, pero lo más gruesa está.
¿No te pasa que te matás haciendo un trabajo para que nadie se de cuenta?
Ufaaaaaa!!!
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