Uno nunca se imagina que las cosas sean de esta manera... pero bueno! hay que vivirlo para saber...
Te despertás varias veces a la noche, y ojo con aquellos padres que dicen que no a las pocas semanas de vida de la beba! Hay que despertarla para amamantarla aunque no lo pida, cada dos horas. Y mientras tu mujer amamanta a la beba vos te mantenés despierto ¡Y a veces hasta se te va el sueño!
Te levantás temprano para ir a trabajar, medio tropezando y tirando las cosas, cuesta despertarse.
En los primeros tiempos no rendís como antes y te sentís mal por eso, y no podés evitar pensar en que te esperan tu mujer y tu hija en casa, quizás estén dormidas, quizás levantadas, las imaginás a ambas juntitas en un abrazo.
Llego a casa a las corridas para dejar los libros de mi mochila y poner dos pelotas y todos los conos tortugas, porque en la Escuela 39 la escuela de verano de la Municipalidad de Morón se robó todo el material, así que llego apurado... y me encuentro a mi hija sentadita en la alfombra, jugando con sus bloques.
La pequeña me mira, sonríe, los ojitos se le achican de alegría, en ocasiones hace unos grititos, feliz de verme.
Un día pasé al lado de ella y fui a lavarme las manos antes de levantarla ¡Se puso a llorar! ¡Pobrecita! Se puso mal porque pasé al lado y no la levanté ¡Increíble que algo tan simple tenga tanto valor de pronto! Así que ahora llego, me lavo las manos en la parrilla, y luego subo: siempre me espera la mirada feliz, el gritito de alegría, y un upa que no se compara con nada!
No tengo mucho tiempo antes de salir a la otra escuela; el viernes pasado la niña se puso a llorar cuando me iba, así que volvía a consolarla y se quedó tranquila.
En ocasiones llego cansado de trabajar, quisiera tirarme a dormir, pero mi mujer estudia en la Universidad de la Matanza para ser Contadora, así que tengo que cuidar a la niña... hago un esfuerzo para mantenerme despierto, y cuesta...
Dejé de lado la escritura, mi gran pasión, porque es difícil escribir con la familia al lado; las interrupciones cortan la historia en mi cabeza, y ya van varios libros que rondan entre mis ideas, que me están esperando... y van a seguir así un tiempo.
Tampoco puedo entrenar cuando quiera, simplemente estoy en un estado físico deplorable, los tiempos no dan para que pueda bajar a practicar.
Cuando estoy solo con ella no puedo hacer algo tan simple como ir al baño tranquilo, jaja! La pongo en su camita, pero ella llora y uno se apura para salir y estar con ella.
Limpiar, ordenar, o escribir (incluso en este blog) son cosas que tienen tiempos abreviados: cuando ella está tranquila, o duerme, o la cuida Romy, Gaby, Cary o el abuelo, se hacen, sino tienen que esperar...
Las cuentas no son las de antes, ahora hay que sumar hasta las moneditas y ver en el tiempo hasta donde se puede ahorrar.
Queremos comprar una casa, pero está imposible! Sin embargo pasa a ser la prioridad número uno, porque la niña necesita su espacio.
Podés estar cansado, descompuesto, dolorido, deprimido... como sea... tenés que sacar fuerzas para ella, levantarte y seguir.
La lista es interminable...
Pero cuando ella viene dando sus primeros pasitos bamboleantes, te mira y sonríe, te extiende sus bracitos pidiéndote un upita... nada más te importa... todo el sacrificio vale la pena.
 
 
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