DE BUENAS COSTUMBRES, ASESINOS E INOCENTES
(Sobre linchamiento que mató al pibe #EzequielLamas en #Miramar)
Del muro de Lucio Albirosa
(Sobre linchamiento que mató al pibe #EzequielLamas en #Miramar)
Del muro de Lucio Albirosa
Ezequiel Lamas no era "chorro" ni "bandido" ni "narco" ni "asesino". Usaba vicera y era morocho, ese fue, tal vez, el motivo de una tragedia real que nadie evitó. Era un pibe skater, muy educado, con sus estudios a pleno y provenía de una buena familia. Vacacionaba junto a sus amigos en Miramar, allí; hace algunas noches, Ezequiel se dirigía al cajero para extraer dinero y luego cenar. En el camino chocó sin querer a una señora de buenos modales y le pidió disculpas. El maridó de ésta insultó a Eze y a sus amigos, los trató de "chorros" y algo más. Los pibes no lo confrontaron, se fueron al cajero.
Al salir de allí, la gente se había agrupado en inmediaciones del cajero. El marido de la señora de buenas costumbres había dado aviso a la policía que habían querido asaltarlo unos sujetos armados, con cuchillos, y peligrosos. Los peligrosos eran Ezequiel y sus amigos, según el criterio del matrimonio bien sano.
Quisieron lincharlos, la policía actuó de inmediato. Fueron requisados, no tenían armas ni antecedentes, solo ganas de seguir vacacionando. En eso pasó un justiciero medio pelo de los que nunca faltan y le dió un trompadón a Ezequiel en la nuca ante la vista de los policías y la gente. Cayó al piso, aturdido. Ahí quedó un rato. Se sentó como pudo, tomó agua y su existencia comenzó a terminar. A Ezequiel lo trasladaron al hospital con traumatismo encéfalocraneal. Tenía 17 años y una vida por delante.
Fue mentira lo del intento de robo, fue mentira que tenía armas y era peligroso. Lo que sí es cierto es que ya no podrá defenderse públicamente de la falsa acusación que lo llevó a la muerte en un hospital de Mar del Plata.
¿Cuántos Ezequieles nos arrebatará el odio, la discriminación, el delito de portación de rostro y las acusaciones por presunción de culpabilidad por el solo hecho de usar buzo, vicera y ser morocho, en este país donde el odio te arrebata un nuevo pibe a cada día?
Ezequiel Lamas: víctima mortal de la buena sociedad moralista del odio.
#RevistaSudestada
#17añosEnLaCalle
Seguinos en Instagram: https://www.instagram.com/sudestadarevista/y en Twitter: @RevSudestada
Al salir de allí, la gente se había agrupado en inmediaciones del cajero. El marido de la señora de buenas costumbres había dado aviso a la policía que habían querido asaltarlo unos sujetos armados, con cuchillos, y peligrosos. Los peligrosos eran Ezequiel y sus amigos, según el criterio del matrimonio bien sano.
Quisieron lincharlos, la policía actuó de inmediato. Fueron requisados, no tenían armas ni antecedentes, solo ganas de seguir vacacionando. En eso pasó un justiciero medio pelo de los que nunca faltan y le dió un trompadón a Ezequiel en la nuca ante la vista de los policías y la gente. Cayó al piso, aturdido. Ahí quedó un rato. Se sentó como pudo, tomó agua y su existencia comenzó a terminar. A Ezequiel lo trasladaron al hospital con traumatismo encéfalocraneal. Tenía 17 años y una vida por delante.
Fue mentira lo del intento de robo, fue mentira que tenía armas y era peligroso. Lo que sí es cierto es que ya no podrá defenderse públicamente de la falsa acusación que lo llevó a la muerte en un hospital de Mar del Plata.
¿Cuántos Ezequieles nos arrebatará el odio, la discriminación, el delito de portación de rostro y las acusaciones por presunción de culpabilidad por el solo hecho de usar buzo, vicera y ser morocho, en este país donde el odio te arrebata un nuevo pibe a cada día?
Ezequiel Lamas: víctima mortal de la buena sociedad moralista del odio.
#RevistaSudestada
#17añosEnLaCalle
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Tenía un alumno que era bravo, amonestaciones, llamadas a los padres que nunca venían, era un terror y un desastre, 10 años el pibe, terrible. Un día me lo encuentro cartoneando de madrugada, hacía mucho que no lo veía en la escuela, sorprendido me acerco y lo saludo. Ahí me entero que los padres se habían quedado sin trabajo, y que apenas iban a la casa una o dos veces por semana, a llevar plata y comida, lo poco que ganaban. Ahí me entero que él tenía una hermana mayor y una más chica, él les daba de comer a sus hermanas para que estudien, las llevaba a la escuela, las mantenía, ÉL, con 10 años, el pibe...
A veces cartoneada todo el día, ni dormía, pero se tomaba el tiempo de ir a la escuela porque quería un futuro, el pibe bravo, malo decían. Recuerdo que llegué tarde a la escuela, hablé un montón con él, ese día casi no pude dar clases, me sentí aturdido, aturdido por un adulto de 10 años que quería una vida, que amaba a sus hermanas, que comprendía a sus padres.
Nunca conté esta historia, tengo tantos callos de estos... a veces es mucha carga en silencio.
Había escuchado que era un maleducado, un irrespetuoso que iba a ser delincuente en el futuro, nadie sabía que él mantenía a sus hermanas a los 10 años. El pibe bravo, un padre de familia a los 10 años. Ese día estuve aturdido, casi no pude dar clases. Lloré a la noche. Cuando lo volví a ver me ofrecí a ayudarle, no quiso, me dijo que él era fuerte, que él podía, me pidió que no diga nada, que le iban a sacar a sus hermanas. Cuando lo veía muy loco en la escuela le ponía una colchoneta en la sala de Educación Física y le decía que descanse un poco, él dormía, luego se levantaba y era otro, no hacía falta nada más, brillaba el chico. Yo trataba de que nadie se diera cuenta que él dormía en la escuela, me metería en problemas, no me corresponde hacer eso. Sus hermanas eran unas personas maravillosas, toda una luz, él estaba en tinieblas para que ellas brillen.
Pasé el dato a gabinete, no sé qué pasó, porque un tiempo después no lo vi más, solo la hermana más chica seguía en la escuela.
Pasaron los años y me encuentro a una de las hermanas trabajando en una estación de servicio, le pregunto como les fue, y me cuenta: las dos terminaron la secundaria, la hermana se casó, el hermano terminó la secundaria y seguía estudiando y trabajando, el pibe malo, el bravo maleducado de la escuela, el vaguito futuro delincuente seguía estudiando, el futuro chorro, como algunos les decían. Yo era un profe joven, no sabía mucho de estas cosas, siempre mis colegas me decían "no te metás", "pasá el dato a la escuela y olvidate", "no es asunto tuyo fuera de la escuela". Pero sí, es asunto mío, para eso estoy en el mundo y soy docente argentino, y hay muchos, pero muchos, pero muchos otros docentes haciendo lo mismo, horas extras sin paga, donde solo ganás el corazón y la vida, sin reconocimiento, ni ayuda, ni nada, yo los conozco, es un honor trabajar con ellos. No sé que hizo el estado en aquel entonces, pero los padres consiguieron trabajo, tienen su casa, y su familia está bien... un caso entre tantos. Éste terminó bien, pero cuantos otros terminan mal.
Hoy junto ropa para la escuela rural, junto útiles, calzado, ayudo a una niña a salir adelante con el canto, y entre otras cosas hago lo que puedo. Hablo mucho con esos chicos, les abro los ojos con lo que pueden hacer con sus vidas, los chicos escuchan, espero sembrar alguna semilla. A veces cuando ponés el corazón en la docencia, te queda un hueco vacío, con los años te pasa factura.
La gente juzga, enseguida clasifica a esos chicos, delincuentes, les dicen, pero ¿cuantos en vez de juzgar, ayudan?
En la rural hay uno de secundaria que cada vez que me ve, me amenaza, incluso se me para enfrente y me provoca, yo le sonrío y le pregunto como le va, no me dice nada, le hablo del futuro pero sonríe, no sé cuanto escucha ¿de que futuro le puedo hablar si no tiene presente? la hermana era brava, pero siempre me escucha, la nena el año pasado la agarró a los golpes a otra, luego lloró, le miré a los ojos y me di cuenta que ella era diferente al resto de la familia, tiene otra conciencia, así que le hablo, semillita a semillita, la nena brava, esa que viene de esa mala familia, ella escucha, se hace la mala pero tiene corazón, se enoja conmigo cuando le hablo, pero viene a escucharme y se queda, se pone muy seria, me da una abrazo y se va ¿cuantos chicos te escuchan hablar de la vida tanto tiempo?
El año pasado me lesioné las cuerdas vocales y estoy en tratamiento, estoy complicado, una biodecodificadora me dijo que es lo que callo, así que ahora opino, hablo con respeto y cuidado.
Una vez tuve otro bravo, conmigo era muy bueno, con los otros docentes no, era malísimo decían; me entero que el padre lo había encerrado en el auto y le prendió fuego con el pibe adentro, después huyó el padre, los vecinos lo salvaron, al padre nunca lo encontraron; tenía un calzado tan malo que el talón estaba en carne viva con un corte profundo; no aguanté más y lo quise llevar al hospital, era profundo el corte y el desgarro, casi no podía caminar; una profe me detuvo y dijo que no fuera, me iba a meter en líos, podía perder el laburo, terminar en cana, ya llegaba el medio día y ya lo venían a buscar, que lo pasara a la escuela, la cara de dolor del pibe, nadie lo curaba; vino la madre, se hizo el compromiso de llevarlo al hospital, un acta y toda esa pavada para cubrirse y justificar. A la tarde me lo cruzo, rengueando iba por la calle con la madre, enojada por tener que llevarlo al médico, no lo había llevado al hospital porque le quedaba lejos, y en la salita le habían dicho que era para el hospital, re profundo el corte, mal. Nunca más los vi, lo sacaron de la escuela. Todavía me acuerdo de la cara de dolor del chico, 9 o 10 años tendría.
Te escribo esto y lloro, no lo puedo evitar, así que la voy a hacer corta, cargo muchas de estas cosas como todos los docentes
Los chicos son el resultados de la sociedad, todos nacen con mucha luz, y luego nosotros, los adultos de la sociedad, le vamos dando forma, no son solo los padres, somos todos, y después nos quejamos, de lo que hacemos, de lo que no hacemos, juzgar es fácil, hacer algo para solucionarlo es difícil.
Soy un docente argentino, uno más y nada más que eso, y ésta es una de mis historias, como tantas, a veces me acuerdo y lloro, me quita el sueño; soy hombre, pero lloro, tengo un alma che. Me da tristeza ver donde estamos. Junto ropa para donar, calzados, carpetas, lápices, y otras cosas, pero no puedo donar una mejor vida, sino lo haría. Aporto mi granito de arena, pero en cada granito se va un pedazo del alma, así se siente uno luego de tantos años, nadie te paga eso, la vida te pasa factura.
Que se yo, solo soy un docente más, como te dije, pero duele.
Hoy este chico es víctima, hay muchas otras víctimas en silencio, y hay gente haciendo cosas en silencio.
Yo los veo, adultos con guardapolvo y otros con silbatos, y más, haciendo lo que pueden. Me da alegría ser parte de ellos, pero también tristeza ver como van estos niños.
Que se yo, solo soy docente, "el profe de ginasia", me dicen, la gente me juzga por eso, yo sonrío y no digo nada, este año me toca decir.
Quizás nuestros políticos deberían volver a la escuela, a aprender sobre el alma, quizás muchos adultos deberían volver y aprender sobre el corazón. Quizás...

 
 
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