Bueno, acá volví de mi ataque de hígado  del fin de semana… uf… pero bueno! me comí 2 barras grandotas de  chocolate, 7 pastelitos de dulce de membrillo, y un cachote de mantecol…  y así me fue el domingo a la madrugada… no entro en detalles porque es  medio feo…
 ¡EMPECÉ LA ESCUELA, POR FIN! los  chicos todo bárbaro, me llevo re bien con ellos y los estaba extrañando  mucho; hacía tanto que no daba clases que casi me quedé sin voz… en  fin… todavía no aprendí a gritar menos ¡soy muy gritón!
 Los lunes estoy solo en el patio, y por  suerte pude hacer el "mosaico de deportes", esto es: divido al patio en  4 partes (es un patio chiquito) y al alumnado en varios equipos de 3  jugadores, luego un grupito juega al fútbol, otro al básquet, otro al  handball, y otro al voley, y van rotando (así los tengo a todos en  movimiento ¡me resulta un buen trabajo aeróbico!).
 Hacer esto me lleva un tiempo de  trabajarlo en grados anteriores, es decir, durante muchos años trato de  trabajar a full la disciplina, de modo que comprendan que la clase es de  ellos, y si se portan bien, todo bien, cuanto mejor se porten más cosas  podemos hacer en clases.
 Por el momento, en los años que llevo  como docente solo he de contar un fracaso: el 5° "B" de este año 2005…  los tuve durante los 4 años anteriores y no pude enseñarles mucho ¡se  mataban a piñas todo el tiempo! y supongo que fui yo el que de algún  modo perdió la manija de entrada… porque con los otros grados no me  pasó…
 A eso de las 11 hs salieron dos  maestras y se pusieron a practicar marchar con los chicos; una de ella  es nueva, y cuando le fui a decir algo se mostró perturbada porque me  había invadido el patio, eso me demostró que le importaba lo que le  decía, hasta que habló con Adriana…
 No sé que le dijo, pero a la distancia  vi que hablaba con la otra maestra y algo le comentaba, seguro que fue  algo como para rebajarme, como quitándole importancia al hecho de que  invadía MI CLASE! ambas se rieron y Adriana me miró de reojo.
 Así que me es muy simple: la clase que  viene hablo con esta maestra y le comento el problema, que por lo menos  me consulten sobre usar el patio, por lo menos un poco de respeto… ¿es  mucho pedir? son maestras y no conocen el "respeto"? ¿que le podemos  pedir a los chicos?
 El primer día de que fui a clases, una  de las maestras más nuevas me miró con un odio!!! claro! piensa que con  la licencia extraordinaria me la pasé de joda, de vacaciones! y si… es  re lindo cuando a uno se le rompe el menisco interno, y tiene que hacer  mil veces el mismo trámite para levantar la licencia… y se la rechazan  una y otra vez porque el médico llena mal los papeles… y te mandan de un  lado al otro con la pata al hombro… y no te operan más…
 Además ¿creerá que con lo que pasó con  mi mamá la pasé lindo en mi casa? que mujer más descerebrada! por Dios!  me resultó re deprimente estar en mi casa con el cerebro dando vueltas  alrededor de todo este dolor… sin casi poder distraerme con el trabajo,  que a decir verdad es muuuuuuuuy terapéutico.
 Lo que sí te puedo decir es que cambié,  simplemente me doy cuenta de que lo que pasó con mi madre, hace que  muchas cosas a mi alrededor sean pequeñas… así de simple…
 Así que a partir de ahora no voy a  hacerme problema por cosas "pequeñas"; y supongo que debo pensar que es  "pequeño" en la vida, ponerme a filosofar y sacar conclusiones sobre mi  vida y mi convivencia con el cosmos entero…
 Por lo pronto sé ésto de mi escuela:  pequeñas son aquellas maestras que me ven y juzgan, sin conocerme;  pequeño soy por ver a otros pequeños ¿así que porqué me pongo a juzgar?  ¿quien soy para hacerlo? quizás todos seamos pequeños en una u otra  forma…
 De Maru aprendí algo; una vez me dijo  que con los problemas que tenía si no veía la vida con alegría y buen  humor, viviría deprimida; hace tiempo que no hablo con ella, que no me  responde mis mensajes o mis e mail, así que pienso lo peor… espero  equivocarme…
 Y si ella puede ver la vida con una  cristal de amor, de paz, de alegría ¿porqué no he de usar el mismo  cristal? si… ya sé que tiene 18 años… pero a veces el dolor te hace  crecer en la espiritualidad… y después de mi madre siento que al  cicatrizar mis heridas creceré más… y al seguir la forma de pensar de  Maru espero poder encontrar esa presencia de Dios que ella debe sentir  en todas las cosas y las circunstancias…
 Así que… ¡HOLA MUNDO! ¡ESTOY DE VUELTA!!!!!!!
  
 
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